Las subvenciones y las ayudas para empresas son acciones superficiales sobre problemas de fondo. Llevo tiempo pensando en el tema (tengo que reconocer que nunca me han gustado las subvenciones) y de verdad no acabo de encontrar ni una que me parezca útil y positiva.
Son nefastas por 3 razones (en mi humilde opinión)
Las subvenciones destruyen valor
Fuerzan al empresario a dedicar tiempo y atención a una actividad que no genera valor: la caza de la subvención. En muchas ocasiones los trámites, planes y documentos que hay que aportar cuestan más que el dinero que se consigue, y el collar acaba saliendo más caro que el perro. En este sentido las subvenciones destruyen valor al desviar recursos productivos de su función de producción (sin hablar de tiempo de gestión que le cuesta a la administración).
Las subvenciones distorsionan la competencia
Las subvenciones fomentan y empujan a las empresas que mejor han sabido captar las subvenciones (que muchas veces no precisamente son las mejores en su mercado) y perjudican a las empresas que en lugar de buscar subvenciones se dedican a mejorar el servicio a sus usuarios o clientes. Empeoran el mercado: el éxito ya no es sólo cuestión de crear valor, sino también de capacidad de captar ayudas públicas.
Las subvenciones distraen a los gobiernos y administraciones de solucionar los problemas de raíz
El tiempo y los recursos que los gobiernos y administraciones dedican a planificar y gestionar las ayudas públicas les distraen de trabajar sobre el fondo de los problemas que pretenden solucionar. Se acaba dedicando mucho más esfuerzo a micro-soluciones superficiales y corto-plazistas que a atajar los problemas de raíz, de forma estructural.
Por mucho que lo pienso, no acabo de encontrar casos de éxito de subvenciones para empresas. Ni para empresas privadas, ni para asociaciones profesionales, y aún menos para productos culturales. No me meto con las subvenciones a ONG’s, universidades u otros organismos sin ánimo de lucro porque creo que aquellas subvenciones sí se pueden justificar por financiar un servicio público o una acción social (no actividades comerciales).
¿Para asociaciones? Conozco múltiples casos de asociaciones profesionales que reciben una indigna cantidad en subvenciones. Son asociaciones sectoriales que deberían mantenerse con las cuotas de sus socios. ¿Por qué tenemos que financiarlas con dinero público?
¿Para la creación de empleo? Al incentivar la contratación de cierto perfil de desempleados (ej. mujeres, parados, mayores) lo que se consigue es desincentivar la contratación de los demás. ¿Dan una ayuda para la contratación de parados mayores de X años? Entonces consiguen que se contraten menos jóvenes. ¿Dan una ayuda para la contratación de jóvenes? Entonces perjudican la contratación de mayores. También hay muchos abusos, sobre todo por parte de empresas públicas: todos conocemos a alguien que trabaja en alguna empresa pública con contrato temporal y que es despedido cada 6 meses para volver a ser contratado un par de meses más tarde para poder pillar el subsidio.
¿Para productos culturales? Cuando el gobierno financia arte o cultura introduce un criterio cultural subjetivo en la selección de los productos que verán la luz. Por ejemplo hay películas que se benefician de cuantiosas ayudas y se quedan en la cartelera apenas un par de semanas. Gracias a las subvenciones salen en pantalla películas que no tendrán ningún éxito de público y que dañan la reputación del cine nacional. Un amigo que tiene una productora en Bélgica me comenta que por culpa de las ayudas públicas el cine belga tiene una reputación tan mala que acaba perjudicando también a las pocas películas belgas de calidad que salen a pantalla. De pereza ir a ver una peli belga (o española) por que no se hacen pensando sólo en el público, sino también a las subvenciones que hay que conseguir para hacerlas.
¿Existen estudios sobre la eficacia de las subvenciones?
Se gasta tanto dinero en subvenciones que existirán estudios sobre su eficacia, o eso espero. Pero personalmente no he visto nada publicado. ¿Alguien ha visto estos estudios? ¿Es que no los hacen o que no conviene que se publiquen los resultados?
En fin, mejor no alargarlo más. No soy ningún experto en la materia pero ésta es mi opinión: las subvenciones y ayudas públicas simplemente no sirven para nada, e incluso son nefastas.
Viviríamos mejor en un mundo sin subvenciones ni ayudas públicas para las empresas.
Trabajaríamos mejor dedicándonos a fondo a la satisfacción de nuestros usuarios o clientes. Si no hubieran subvenciones también pagaríamos menos impuestos y tendríamos más medios para desarrollar un trabajo de calidad, productivo, creador de valor y beneficioso para la sociedad en su conjunto. Cada vez que escucho que el gobierno ha aprobado un nuevo paquete de ayudas se me encoje el corazón: ¿de verdad no son capaces de atacar los problemas de raíz?
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Y una genial viñeta de Calvin & Hobbbes (pulsa en la imagen para ampliar) vía @luismcabiedes: